De prensa-latina.cu
Tegucigalpa, 31 mar (PL) La cárcel de San Pedro Sula, 240 kilómetros al norte de esta capital, se mantiene hoy en manos de los presos, tras la muerte de 13 reclusos durante un motín e incendio ocurridos allí hace dos días.
"El presidio sigue bajo el control de los reos y la evidencia es que ni las autoridades penitenciarias se atrevieron a ingresar en el área de celdas", relató este sábado el medio digital laprensa.hn.
De acuerdo con esa fuente, eso confirma que los privados de libertad gobiernan en los presidios del país y que cuando dan una orden esta se respeta, sin que las autoridades intenten lo contrario.
"Sabemos que los reos tienen el control. Es imposible ingresar. Acordamos con las autoridades actuar con prudencia y esperar que accedan a dialogar (...) y saber qué pasó realmente el jueves antes del amotinamiento", declaró John César Mejía, coordinador de la Fiscalía de Derechos Humanos.
Mejía, acotó el cotidiano La Prensa, solo se dedicó, con su equipo de fiscales, a solicitar el historial de los 13 presos muertos, de los cuales seis estaban condenados y otros siete procesados.
Por su parte el director del Centro Penal de San Pedro Sula, Eléazar Hernández, descartó que los policías penitenciarios dispararan contra los prisioneros, algo que aún está por comprobar.
Medios informativos achacaron la tragedia del pasado jueves a la falta de solución a los problemas existentes en las prisiones hondureñas y recordaron que el 14 de febrero último otro siniestro cobró la vida de 361 personas en el penal de Comayagua, 90 kilómetros al norte de Tegucigalpa.
Las autoridades de la cárcel de San Pedro Sula explicaron que el fuego se desató en el módulo 18 durante un motín entre grupos que se disputaban el control del presidio.
En el momento del suceso, ese centro penitenciario albergaba a dos mil 251 reclusos, por encima de los 800 para los cuales fue concebido, reconoció el Gobierno.
San Pedro Sula es considerada la ciudad más violenta del mundo, según la ONU, y su penal ha sido escenario de frecuentes choques entre bandas rivales.
Entre las masacres reportadas allí está también la del 26 de abril de 2008, cuando nueve internos perecieron y dos más resultaron heridos en un enfrentamiento entre bandas rivales en las celdas.
De su lado, el Comisionado de los Derechos Humanos, Ramón Custodio, recordó en un reciente comunicado que las cárceles hondureñas carecen de medios para la rehabilitación, el Estado se desentiende de la situación de los privados de libertad y se permite introducir armas, drogas y licores en esos recintos.
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