domingo, 7 de octubre de 2012

MUERTE EN LA CÁRCEL

Al otro hermano de Zacarías, Andrés, en Gendarmería le dijeron que “no se hacían responsables de nada de lo que pasara dentro de las cárceles”- según cuenta. “Lo que le pasó es porque era delincuente. Así nos dijeron”- recuerda Estrella

La historia del joven que es asesinado días antes de cumplir su condena

Zacarías Castro Gutiérrez estaba a días de cumplir su condena de 11 años y de ser papá cuando una estocada en el cerebro y en el pulmón acabó con su vida. Se suma así a los 33 internos en penales de Chile que han muerto en peleas en lo que va del año. Los familiares de Zacarías nos cuentan su historia que termina en que ni Gendarmería no el Ministerio de Justicia se hacen cargo porque simplemente su hermano “era un delincuente”. Para César Pizarro, hermano de uno de los 83 fallecidos en el incendio de la cárcel de San Miguel se trata de “una política de exterminio”.

Faltaban 22 días para que Zacarías Castro Gutiérrez saliera de la cárcel y sólo 4 para que fuese papá. Tras once años de encierro tras ser condenado por robo frustrado, se esforzaba en mantener una buena conducta al interior de la cárcel concesionada de Valparaíso, pero la mañana del 18 de septiembre, cuando medio Chile despertaba con la resaca tras un largo fin de semana de fiestas, una estocada que cruzó su cerebro y otra el pulmón le dieron un final que nadie presagiaba a su larga espera.

Un día antes del incidente habló con su mamá, quien iba a ir a verlo el 20 de septiembre. “Él no quería meterse en problemas porque esperaba salir y su bebita estaba por nacer”- cuenta Estrella Peña, convertida en hermana de Zacarías luego de ser adoptada. La niña nació el viernes pasado. Su padre moriría tras casi una semana de estar con muerte cerebral en el hospital un día después. Tenía 30 años.

DURMIENDO EN EL BOSQUE

Zacarías vivía en Cartagena. A los 19 años carreteando con unos amigos salió la idea de meterse a robar a una casa. Que si, que no, que es peligroso, que la primera vez. Finalmente lo convencieron y como estaba tan ebrio ni se dio cuenta y despertó atiborrados de “las especies robadas”- según dice el parte policial – en un bosque rodeado de policías.

La condena fue rápida: 11 años y un día por robo frustrado. De todos los participantes en el atraco, sólo él quedó preso en la cárcel de San Antonio. Aburrido del hostigamiento de un gendarme pidió durante muchos meses su traslado a otro recinto carcelario. “Él pidió un traslado, pero no para Valparaíso y hace tres meses vinieron y se lo llevaron a la cárcel de allá”- cuenta Estrella.

LA ESTOCADA

El 18 de septiembre al salir de las celdas rumbo al comedor a las nueve de la mañana otro recluso se le acercó y le pegó una estocada en la cabeza que le cruzó el cerebro y cuando estaba en el suelo le perforó un pulmón. “No sabemos quién fue, los gendarmes dicen que no saben nada ni que vieron nada. Cuentan que pasaron por el pasillo y lo encontraron botado”- relata.

Los celadores lo llevaron a enfermería y recién a la una y media, debido a su gravedad, lo llevaron al hospital de Valparaíso. “Cuando el médico les preguntaba qué le había pasado no sabían nada. Lo dejaron como diciendo acá traemos un perro tienen que revisarlo”- agrega Estrella.


La misma tarde del 18 sus familiares llegan a Valparaíso. “Cuando fuimos a verlo le hablamos y trató de moverse, algo sentía porque botó su lágrima, pero al otro día ya no se movía, no tenía nada de movimiento”- cuenta Estrella. Desde el 19 de septiembre no se movió más. “Ya no era el mismo”- agrega.


“PERO SI ES UN DELINCUENTE”

Mientras Zacarías estaba con muerte cerebral sus familiares fueron a Investigaciones. Los policías les aseguraron que habían ido a la cárcel, “pero donde estaba botado mi hermano habían lavado todos. Los mismos de allá lavaron las paredes y el suelo”- cuenta Estrella. “Eso nos dijeron. Gendarmería no tenía que haber dejado que limpiaran, pero tenían todo lavado, todo limpio cuando al otro día del ataque fueron los de Investigaciones”- recalca.

Además el médico del hospital les contó que si hubiese llegado antes Zacarías se hubiese salvado, pero pasaron muchas horas desde que entró a la enfermería del penal privado hasta que entró a urgencia del Hospital Van Buren. “Nos hemos tratado de comunicar, pero los reos dicen que no podían sapear porque al estar adentro, que los mismos gendarmes y otros reos que están dentro se vengarían si cuentan algo de lo que pasó”- relata su hermana.

“Nosotros queremos, lo que más hemos pedido es que aclaren el incidente. Necesitamos una explicación para saber qué pasó con mi hermano”- agrega.

Lo más raro para ella es que hay cámaras por todos lados en la cárcel. “El caballero que nos atendió en Investigaciones dijo que iba a ser lo posible por saber, pero era difícil porque mientras nadie dentro de la cárcel hablara y como no se pudo hacer un análisis, no hay mucho que se pueda hacer”- relata Estrella.

Al otro hermano de Zacarías, Andrés, en Gendarmería le dijeron que “no se hacían responsables de nada de lo que pasara dentro de las cárceles”- según cuenta. “Lo que le pasó es porque era delincuente. Así nos dijeron”- recuerda Estrella.

Angustiados los familiares llamaron a los canales de televisión. Llamaron a TVN, a Chilevisión, Mega y Canal 13, pero la respuesta fue que no tenían cámaras, “que nos iban a llamar”- cuenta Estrella. TVN aparecería días más tarde en el funeral de Zacarías.

UNA POLÍTICA DE EXTERMINIO

En el penal concesionado de Valparaíso a principios de septiembre hubo otro homicidio. Ambas muertes se suman a los 33 muertos “por riñas” al interior de las cárceles chilenas en lo que va del año, según las estadísticas de Gendarmería. Otros 16 internos se han suicidado.

El año pasado hubo otros 52 internos muertos “por riñas” y 23 se suicidaron, según las mismas fuentes. César Pizarro, hermano de uno de los 83 reos que murieron en el incendio del penal de San Miguel en diciembre de 2010 sostiene que “cada interno que muere dentro de una cárcel es responsabilidad del Estado chileno en conjunto con Gendarmería”.

César tras la muerte de su hermano inició una campaña para visibilizar las muertes al interior de los penales. “Lamentablemente ellos son los que castigan los delitos y como los Estados inventaron las cárceles para castigar a quienes cometen delitos se tienen que hacer responsables”- recalca.

Desde que inició el activismo a César lo llaman a diario desde las cárceles de todo el país para contarles de muertes y abusos de internos. Así pasó el 6 de septiembre reciente con uno de sus contactos en Colina II, Miguel Ángel Iturrieta, quien fue presionado por el funcionario conocido como El carnicero de Colina, quien lo puso a pelear contra un contrincante diciéndole “lo matai tú o te castigo”. Miguel Ángel se sumó al listado de fallecidos.

“Esa es la política real de la mayoría de los funcionarios hoy. Si bien el 11 de diciembre de 2010 los gendarmes dejaron morir a los presos, no son todos. Se trata de un problema de la Escuela de Gendarmería que se les enseña que tienen que ser anti reos. Es la visión que tienen en Gendarmería”- detalla César, para quien “aplican una política de exterminio”.

Estrella cuenta que su hermano estaba haciendo conducta porque le quedaba poco. “Lo único que quería era salir”- recalca. Después del llamado contándoles la hospitalización de Zacarías ni Gendarmería ni el Ministerio de Justicia se no se han comunicado con la familia.

“En la ley está estipulado que Gendarmería tiene que salvaguardar la vida de los internos, pero como está todo el tema degenerado, aplican la lógica de que se maten entre ellos. Cada preso que muere en Chile es razón de una demanda civil contra el Estado”- recalca César.

“Si vamos sumando después de los 83 que murieron quemados pronto se sumarán otros 83 muertos”- sentencia.

 Mauricio Becerra R.

@kalidoscop

El Ciudadano

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