Sin titubear y dejando de lado el vilipendiado y manoseado tema de los mineros atrapados. No puedo negarles un trozo de realidad a mis hijas.
Mientras siga existiendo la calcinación de la historia y solo inunde nuestros ojos aquella permitida, fragmentada, encapsulada en informes, comisiones; cual mosaico descolorido plasmado en relatos blanco y negro de hechos, realidades de un ayer más que maduro que transita entre los 35 a 40 años.
Fueron, son muertos, torturados, desaparecidos, vienen en presente y, aquí está la bronca, vienen en un papel membrete, en un monumento artístico, en un dato duro de estadística numérica de torturados, desaparecidos, vienen en blanco y negro; aquí está la trampa lo carajo veterano del poder que nos nubla con la mediocre pero efectiva formula de las migajas traducidas en: la justicia en la medida de lo posible, transición, reparación, votaciones, becas, indemnizaciones y hasta uno que otro puesto dentro de la súper estructura del poder (alcalde, senador, diputado) trastocando así la sinfonía fina de nuestra memoria popular; hasta sábados gigantes parece entretenido.
Así es imposible una lectura, un análisis, una reflexión del presente, si por nuestras venas circulan solo trocitos de oxigeno de historia. Pese a todo y toda la maquinaria del poder, ésta se niega a vivir solo de migajas, grita rebelde su renacer, huya con rostro subversivo combatimos la dictadura y no doblegamos la lucha ante la administración concertacionista, legitimidad insurrecta, combatientes populares, repletos de memoria, responsables de ideas y consignas, vivimos, pensamos y seguimos haciendo en este presente de ricos y policías.
La rebeldía se mezcla con la bronka, los ricos más ricos, los pobres delincuentes y los que luchan terroristas, los pobres más pobres. Y si no es ahora! Cuándo, si hasta la naturaleza nos remece dejandonos la miseria de nuestras realidades de vida en pelotas, entre mediaguas desaparecidas y mineros sepultados vivos.
La humillación, desigualdad e injusticia se palpan no solo bajo tierra donde la nula voz del sindicato, la organización de clase de terreno fértil al aparataje mediático de control gubernamental, con acciones, interpretación y opinión oficial. Los ricos toman la palabra aquí en la superficie, Piñera y su festín mediático, ministros, políticos y empresarios tienen el control –abajo sufriendo no hay empresarios, no hay ricos, no hay terratenientes, no hay políticos, no hay ingenieros ni magíster. Somos una mayoría que de manera urgente tenemos q dejar atrás los miedos y posesionarnos fuera del discurso y show empresarial. Somos pueblo, recuperemos la ternura, canalicemos la entereza y dignidad, respiremos profundo y no limitemos la vida de aquellos q la dieron por una realidad, una sociedad justa en igualdad de condiciones. Que no titubee la certeza ante la explotación, más que cantar una canción nacional y gritar CHI, exijamos a todo pulmón dignidad, tomemonos el derecho a ser nosotros, a dejar de sobrevivir para darle paso a la vida.
Comencemos por una educación en igualdad de condiciones, por ser respetados, por unir nuestras ganas y broncas, por domesticar el miedo. Decir para organizar y recuperar la alegría, comencemos por levantar la voz popular: este es un gobierno de ricos empresarios que hacen un reality show de nuestras miserias –sigamos con voz firme- la bestial avaricia tiene sepultados vivos a 33 mineros, que deberían convocar a huelga nacional a todos sus pares, la misma avaricia aquí en la superficie tiene al pueblo calentándose con promesas, entre carpas y mediaguas. Obreros, jornales, campesinos, temporeras tratados con sonrisas de patrón y remunerados con migajas. Todos, la mayoría encerrados en la superficie bajo un manto de dominación.
Ahora es cuando, despertemos sin bajar la voz, somos pueblo pobre encerrado en la injusticia social esa real de niñxs de la calle, de pasta base matando vidas populares, de obreros de la contru tratados como esclavos, con papeles de campesinos y temporeras regados de veneno pesticida, de mapuche usurpado, asesinado, de marginados, cesantes sin techo y con una educación de mierda que perpetua el país de los ricos. Se prolonga el encierro, el hambre, la desigualdad –somos todos. Sigamos con la voz escuchando la realidad y organizándonos para empezar a vivir dignos y felices.
Juan Aliste Vega
Preso político
Cárcel de Máxima Seguridad Santiago Chile.
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