Ayer 23 de junio del 2010, producto de la falta de criterio de la Constructora San Felipe S.A en la faena Ruta Interlagos Rucatrehua-Choshuenco, Panguipulli región de Los Rios, (obra bicentenario y que tiene como mandante al Ministerio de Obras Publicas), al mandar a trabajar a los obreros en condiciones climáticas adversas, como fue el temporal que está azotando el sur del país , se produjo la trágica muerte del compañero Arnoldo Lincocheo, producto de un deslizamiento de rocas que cayeron desde la ladera de un cerro.
En ésta faena se han cometido practicas que atentan, por un lado, a reprimir cualquier intento de organización sindical, tal cual lo pudieron evidenciar nuestros socios en la faena, y por otro las pésimas condiciones de seguridad con la que cuenta la faena, lo que ha ocasionado una serie de accidente graves, como la caída de una retroexcavadora, accidente del cual con suerte logro escapar el operador.
El SINTEC repudia cualquier negligencia de la patronal, más aun cuando esta le quita la vida a nuestros compañeros y representa la falta de respeto y protección en la que los trabajadores de la protección debemos desempeñarnos a diario.
Es urgente que nosotros los trabajadores, quienes sufrimos a diario las perversidades de dejar la vida en el trabajo por un sueldo que no es más que un insulto, nos organicemos y levantemos la voz, para que quede claro que nuestras vidas se deben respetar. Unidos tenemos más fuerza, y podemos darle fuerza a las mejoras que todos nosotros hemos reclamado en voz baja, desde baños dignos, casinos decentes, seguridad, aumento salarial, implementación adecuada, regulación horas extras, entre miles de otras carencias que deben solucionarse ahora.
La muerte de nuestros compañeros no debe quedar impune, día a día nosotros podríamos ser los próximos, y solo nuestra organización lograra por lo menos dar tranquilidad a las familias que pierden a un ser querido, o que deben sobrevivir con sueldos insuficientes. Compañeros no permitamos que nuestras vidas sigan siendo absorbidas por quienes se enriquecen a costa nuestra, nos lo debemos a nosotros mismos, a nuestros hijos, nuestras esposas, nuestras familias. La dignidad es algo que ningún hombre debe transar, y nosotros los trabajadores de la construcción no lo seguiremos haciendo.
Desde ya, un abrazo a la familia de nuestro compañero, un abrazo que se forma con los miles de brazos fuertes que construimos el país, y que seremos capaces de construir la organización que nos hará protagonistas de nuestras vidas.
¡Por la unidad y organización de los obreros de la Construcción!
¡Arriba los que luchan!
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